A pesar de que probablemente tengas más de 1, 2 o 3 en tu armario dar con el vaquero perfecto no siempre es tarea fácil.
Aunque se trata de un básico, básico, no te engañes, para salir de paso cualquier cosa vale pero para estar estupenda… ¡hay que currárselo un poco!
Exactamente igual que ocurre con a cualquier otra prenda de vestir, bañadores incluidos, lo fundamental es saber que te sienta bien y planificar las compras.
Opciones en el mercado hay muchas y cada temporada la industria de la moda nos sorprende con una nueva versión, pero no te dejes llevar y pregúntate primero sin son para ti… Que le sienten como un guante a la Carbonero no implica que te queden igual a ti, salvo que seas su clon.
Si tienes en cuenta los consejos que te voy dar te garantizo que sea cual sea tu peso y altura conseguirás estar fantástica con un simple y básico vaqueríto.
En primer lugar ten en cuenta para que lo vas a usar. Un vaquero es un vaquero pero hay modelos aptos para ir a currar y otros que no lo son tanto. Es verdad que al final depende mucho del cómo y con qué lo combines pero un modelo destroyed, tan de moda últimamente no parece la prenda más indicada para una reunión de trabajo por muy relajado que sea el dress code de tu empresa.
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Elige tu talla. Y en este caso es de suma importancia. Los jeans son de algodón y tienden a darse de sí con el uso y los lavados así que elije unos bien entallados e incluso que te ciñan algo más de lo normal.
Por supuesto no es necesario, ni recomendable, que tengas que hacer ejercicios gimnásticos para ponértelos o que se “rebose” algún michelin.
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Vamos con el color. Ya lo sabes, los tonos claros “engordan” más que los oscuros. Si tus caderas son anchas, tu culete voluminoso o tus muslos gruesos… nada de nada!
Si por el contrario necesitas aportar volumen en esta zona de tu anatomía, cuanto más claros mejor.
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Vuelvo con los destroyed porque todos esos rotos y descosidos, tan trendy, son auténticos captadores de miradas. Así que mucho ojo con dónde caen los agujeros no sea que te estén poniendo kilos que no tienes.
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Los de talle bajo por suerte se llevan cada vez menos porque salvo que tengas el tiro corto y seas muy alta… no sientan bien a nadie.
Si eres bajitas te quitaran centímetros, si tus caderas son anchas lo parecerán todavía más, en todos los casos acortan las piernas y hacen que la figura se desequilibre… ¡a la hoguera con ellos!
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Los modelos altos de cintura vuelve a estar de moda, son muy elegantes y sientan genial necesitas “crecer” pues harán que tus piernas parezcan más largas.
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Los capri, piratas o con vuelta en el bajo acortan la figura.
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Los bolsillos traseros pequeños, altos y con adornos van genial para “engordar” el culete. Si tu problemas es el contrario y lo que pretendes es disimularlo, elige un vaquero con los bolsillos de tamaña vaquero, es decir, normal y sin ningún tipo de floritura… ni bordados, ni lentejuelas, ni ribetes en color.
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Los bolsillos plastón, típicos del modelo cargo aportan volumen. OK si tus piernas son delgadas y olvídalos en el caso contrario.
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Por último y dado que vamos hacia los rigores del verano, cada vez hay también más marcas que apuestan por fabricar vaqueros en tejidos ligeros y frescos. Tenlo en cuenta si eres de las que no puede vivir sin tus vaqueros.
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Espero que todos estos tips te sean francamente útiles y si realmente quieres sentirte a gusto con tu imagen pero no sabes por dónde empezar, apúntate a una de mis sesiones gratuitas de valoración, vía Skype, rellenando el formulario que aparece en este botón.
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Muy muy útil, Maqui. Muchas gracias!
Con los vaqueros somos menos exigentes y nos ayudas a no bajar la guardia 😉
Efectivamente, cuando lo tenemos más fácil, o al menos eso creemos, bajamos la guardia y ¡zas! metemos la pata. Luego no entendemos porqué guardamos tanta ropa en el armario que nos compramos con ganas e ilusión y no nos ponemos.
Cuanta razón tienes. Encontrar el vaquero perfecto no es tan fácil como lo pintan. Yo al menos tengo unos cuantos de los que creí que me quedaban “como un guante” y tras un par de puestas han acabado arrinconados. Unos porque se han dado mucho, otros por esos bolsillos enormes en el lugar menos apropiado y otros por ser excesivamente claros y “reveladores”. A todas estas conclusiones he llegado después de leer tu post.
Antes no me los ponía porque no “me veía” ahora sé porqué y te aseguro que no volveré a caer en el error. Muchas gracias Maqui, una ayuda impagable.
Gracias a ti por hacerme saber lo bien que te ha venido este post. Y como bien dices, nunca más caerás en esos errores. Besos.